viernes, 20 de mayo de 2011

Mi loquita bienamada

Mientras mi loquita bienamada me daba de comer contemplaba
por la ventana abierta del comedor las movedizas arquitecturas
que Dios hace con las nubes, las maravillosas construcciones de lo impalpable.
Y me decía a mi mismo, a través de mi contemplación:

-” Todas esas fantasmagorías son casi tan bellas como los ojos de mi hermosa
bienamada, la monstruosa loquita de los ojos verdes”

Cuando de repente, recibí un violento puñetazo en la espalda, y oí la voz ronca y
encantadora, la voz histérica y entorpecida por el aguardiente, la voz de mi querida,
pequeña bianamada que me decía:

“¿Te falta mucho para tomarte la sopa maldito hijo de puta, vendedor de nubes?”


...Charles Baudelaire

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